Persiguiendo a Betty

Hoy Betty cumple treinta años. Trabaja de camarera en un restaurante local. Su marido Del está demasiado ocupado con su amante para acordarse de comprar un regalo para su mujer. Pero al menos Betty tiene una vía de escape que es el Dr. David Ravell, el atractivos héroe de “Un motivo para amar”, su culebrón favorito. Esa misma noche Betty está pegada al televisor viendo una grabación de “Un motivo para amar” cuando un par de matones pasan a hacerle una visita a Del y sin ser consciente de lo que está ocurriendo, Betty ve a los dos hombres asesinar a su marido por robar un cargamento de drogas oculto en el maletero de uno de los coches que acaba de recibir, un Buick que por casualidad Betty ha cogido prestado.